Villa Romana de São Cucufate

La villa romana de São Cucufate, clasificada como Monumento Nacional desde 28 de junio de 1947, tuvo una ocupación humana a finales del 4º milenio a.C., ya que se han encontrado artefactos líticos y cerámicas de esa cronología.

La villa romana que se construyó aquí en el siglo I d.C. sufrió una reestructuración a mediados del siglo II d.C. y, en la segunda mitad del siglo IV d.C., tuvo una tercera reformulación. Esta última campaña constructiva quebró el modelo arquitectónico de las dos primeras fases, en la que la pars urbana (casa del propietario) estaba cerrada sobre sí misma y centrada alrededor de uno o más patios interiores. En la última fase se optó por una arquitectura abierta al exterior, desarrollada en dos planos lineares, en los que se daba valor a las fachadas.

Además de la casa del propietario, es significativa la pars rustica (dedicada a la explotación agrícola y ganadera), de la que se conservan estructuras de graneros, bodega, lagares, forja, gallineros, corrales para ganado y cobertizos para almacenar paja o leña.

En la Alta Edad Media se instaló aquí un monasterio dedicado a San Cucufate que, en 1255, fue concedido a los canónigos de San Vicente de Fora de Lisboa. El extremo Norte de la planta baja de la villa se readaptó para albergar la iglesia. Esta fue decorada con pinturas murales, todavía visibles en la actualidad, y se sabe que la pintura del retablo del altar mayor, de finales del siglo XVI o inicios del siglo XVII, es de José de Escobar. Este monasterio fue abandonado durante el siglo XVII, pero su iglesia se mantuvo abierta al culto hasta 1723, fecha de la muerte de su último capellán.