La Casa X

La casa X, construida en la primera mitad del siglo XIII, muestra que, en esa época, hubo la necesidad de crear nuevos espacios de vivienda dentro del recinto amurallado debido, muy probablemente, a la presión que las huestes cristianas ejercieron sobre el territorio cuando se instalaron en Beja. La edificación de esta vivienda aprovechó una buena parte de una calle perpendicular a la muralla, que así adquirió un trazado sinuoso, y una de las habitaciones de una vivienda vecina a oeste, cuya puerta original fue tapiada.

La entrada en esta residencia se hacía por un atrio, a norte. Este compartimiento comunicaba con la letrina, cuyos detritos vertían directamente para una fosa negra situada en la calle. Conectaba también con el patio central en el que además del pavimento de losetas existía, en el centro, un parterre en el que podían cultivarse árboles de fruto o plantas aromáticas. Al sur se situaba la cocina, dividida en dos espacios separados por un fino tabique: el espacio para el hogar a occidente y la despensa a oriente. En lados opuestos del patio, se encontraban sendos salones, con pavimentos de argamasa pintada con almagre (óxido de hierro) y con una alcoba en el extremo sur de ambas.